Por Alfonso Copado.
Querétaro de Arteaga es una ciudad de contrastes, como muchas otras en América Latina, en donde ricos y pobres coexisten en un mismo espacio sin ocuparse unos de otros, donde la diferencia de clases sociales es muy marcada.
Este fenómeno de contrastes también se refleja en la estructura de esta ciudad ya que se conforma de barrios y colonias muy distintas una de la otra. Al constituirse esta ciudad, su desarrollo se dio en lo que conocemos hoy como “el centro”, al irse expandiendo, los barrios desarrollados fuera de este sector, fueron considerados como “los del otro bando”, los cuales crecían en función de sus necesidades inmediatas, sin una estructura bien definida, por lo que la calidad de estos espacios es casi nula; como consecuencia de esto el espacio publico se convirtió en un lugar no apto para la convivencia, para la interacción social y con ello solamente su propia muerte.
Mientras tanto las colonias de mayores ingresos tampoco dieron importancia al espacio público, ningún sector de la sociedad quedó exento de estas fallas, mientras la ciudad mantenía su ritmo de crecimiento.
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