Blog

El temor a diseñar en conjunto

Por Leticia Aguilar.

[Artículo originalmente publicado en el AM Querétaro]

Desde hace unas semanas, vecinos de las colonias aledañas a la Alameda Norte han mostrado resistencia en contra del proyecto de la remodelación del parque propuesto por el Municipio de Querétaro. Los ciudadanos abogan que nunca fue consensuado dicho proyecto, mientras que las autoridades defienden que fue la contingencia del COVID-19 lo que impidió realizar la socialización pertinente. Pareciera esto último la perfecta excusa para eludir una problemática mucho mayor, en el que claramente su origen no es una pandemia global.

Socializar un proyecto es una práctica que a un gobierno no sólo le cuesta más, en términos económicos, humanos y de tiempo, sino que le representa perder un poco del poder que tiene sobre las decisiones que se toman. Sin embargo, la socialización es una forma obsoleta y mal dirigida de incluir a la ciudadanía, pues sólo se basa en informar y negociar, más no en generar soluciones de manera conjunta.

En cambio, el diseño participativo, siendo un proceso que incorpora las necesidades de un grupo social, la guía y experiencia de expertos, así como el acompañamiento del sector público, resulta una práctica mucho más pertinente para garantizar que las decisiones tomadas desemboquen en un consenso comunal. Esto sin duda conlleva a la aceptación, al sentido de pertenencia y al fortalecimiento del tejido social. Mientras que la socialización informa y basa sus propuestas en suposiciones o datos imprecisos, el diseño participativo co-crea y genera conocimiento desde la misma ciudadanía, con el fin de lograr un beneficio común.

Compartir la toma de decisiones pareciera una acción que a nuestras autoridades les cuesta de sobremanera realizar. A menos de que algo los fuerce, como en el caso de la Alameda Norte, pues las autoridades han accedido a una relativa apertura después de la presión ejercida por los vecinos. Sin embargo, ¿por qué se tiene que recurrir a parar una obra para que los ciudadanos sean escuchados? ¿A qué le temen las autoridades?

.

.


Directora Ejecutiva y Co-Fundadora de Unlugar A.C. // Arquitecta por el Tecnológico de Monterrey campus Querétaro. Estudiante de la Maestría de Urbanismo en la Universidad Nacional Autónoma de México. Realizó un Diplomado en Dirección y Gerencia Social para Organizaciones de la Sociedad Civil de Fundación Merced Querétaro.

Ha colaborado en la ejecución de proyectos urbanos de diseño participativo a nivel nacional e internacional, así como en la formulación y coordinación de programas en materia de movilidad en el Municipio de Querétaro. Realizó sus prácticas profesionales en Tod Williams Billie Tsien Architects en la ciudad de Nueva York y colaboró como jefa de proyectos en los despachos de arquitectura Ambrosi | Etchegaray en la Ciudad de México, así como Marván Arquitectos y G3 Arquitectos en la ciudad de Querétaro.

Actualmente es profesora de cátedra del Tecnológico de Monterrey campus Querétaro y forma parte del Consejo Temático de Urbanismo y Movilidad del Municipio de Querétaro.

Otros textos de Leticia:
La ciudad tras la pandemia | 28/04/2020
Los cuatro años de Unlugar y el ataque a Bruselas | 22/03/2016
El problema del suelo | 30/09/2015

Artículo originalmente publicado en el AM Querétaro, como parte de las publicaciones semanales del Consejo Temático de Urbanismo y Movilidad del Municipio de Querétaro.

Imagen de portada: Diseño participativo en Bolaños, Querétaro.
Fotografía: Leticia Aguilar

Comenta