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Transporte Público… ¿Con bicicletas?

Por Montserrat Mendoza.

 

Los sistemas de bicicletas públicas son estructuras urbanas para el alquiler o préstamo gratuito de bicicletas en los núcleos urbanos, con el propósito de prestar a todos los habitantes un servicio de movilidad rápido, práctico, y pensado para el uso cotidiano (Pardo, 2012).

La idea de que la bicicleta se convirtiera en un vehículo accesible para todos, no es un tema de reciente aparición. La primer generación de los sistemas de este tipo surgió en 1965 en la ciudad de Ámsterdam, Holanda, con una propuesta denominada “Plan Bicicleta Blanca”, las cuales se dejaban por toda la ciudad para su uso gratuito en un solo viaje, debiendo proporcionar la bicicleta a otra persona a su término.

Sin embargo, no fue sino hasta el nuevo siglo que la aparición de estos sistemas alrededor del mundo tuvo un incremento evidente. Se implementaron en las ciudades francesas de Lyon y Paris, “Velo’v” (2005) y “Velib’” (2007) respectivamente, sistemas de bicicletas públicas con mecanismos de operación más completos en los que ya existía una entidad a cargo del mantenimiento y control de las bicicletas, basado en una estructura de inscripción para los usuarios. El éxito que tuvieron ambos sistemas fue contundente; tan solo en el primer año de operación de Velo’v en Lyon, los ciclistas en la ciudad aumentaron 44%.

Para el 2013, se hablaba ya de la existencia de sistemas de bicicletas públicas en más de 500 ciudades – contabilizando los más relevantes- con una flota mayor al medio millón de bicicletas alrededor del mundo (Larsen, 2013). Según una comparativa realizada en el mismo año por el Instituo de Políticas para el Transprte y el Desarrollo (ITDP), considerando el número de uso diario de cada bicicleta y el promedio de viajes en estas bicicletas por cada 1000 habitantes, destacan los sistemas en las siguientes ciudades: Londres, Paris, Barcelona, Lyon, Montreal, Washington D.C., y Ciudad de México.

Cabe mencionar que ECOBICI en la Ciudad de México, fue el primer sistema de bicicletas públicas que se implementó en el 2009 en América Latina, hoy posicionado en el cuarto como el sistema más grande del mundo tras los existentes en Hangzhou, China; Paris, Francia; y Londres, Inglaterra. El número de viajes en ECOBICI se han incrementado exponencialmente; tan sólo en 2017 se realizaron más de 9.5 millones de viajes, lo que se traduce en un aumento de 11 veces el número de viajes realizados en 2010 tras su implementación (871,579 viajes).  

Otros sistemas en América Latina que le siguieron fueron los implementados en Río de Janeiro, Brasil; Santiago de Chile, Chile; Bogotá y Medellín, Colombia; y Buenos Aires, Argentina. En México, actualmente existen sistemas de bicicletas públicas en operación en las ciudades de Guadalajara, Puebla y Toluca, y se encuentran algunos ya en proceso de planeación e implementación en las ciudades de Aguascalientes, León, Colima, Morelia y Querétaro.

Actualmente, los sistemas de bicicletas públicas cuentan con sistemas de operación mucho más sofisticados en los que existe mayor control con respecto a los usuarios, la forma de pago, el tiempo de afiliación, el tiempo de viaje, el mantenimiento, y la disponibilidad de bicicletas en cada estación. Además, se han complementado con el uso de softwares que permiten generar información respecto a los patrones de uso de las bicicletas, permitiendo proporcionar datos en tiempo real de utilidad tanto para los usuarios, como para la generación de estadísticas en las que se apoyan mejoras al sistema y su operación.

¿Cuáles son los beneficios de estos sistemas?

Tras medio siglo de evolución, los beneficios que los sistemas de bicicletas públicas aportan a las ciudades actualmente son numerosos e invaluables, tanto que ningún otro sistema de transporte –peatón, bicicleta particular, transporte público y auto- ha logrado superar. Además de los beneficios que conocemos sobre el uso de la bicicleta por sí misma para con el medio ambiente, la salud y el tráfico, estos sistemas:

  • Representan mucho menores tiempos de ejecución y costos de implementación y post-ampliación que otros sistemas de tranporte público.
  • Aumentan la accesibilidad a una bicicleta como modo de transporte, lo que atrae con mayor eficiencia a los ciclistas potenciales. Las personas, por muchas razones, se animan con mayor facilidad a utilizar la bicicleta para desplazarse; el costo para los usuarios es muy bajo comparado con otros sistemas, y el tiempo de uso limitado -generalmente 30 minutos-, permite que exista mayor disponibilidad y rotación de las bicicletas.
  • Fomentan la multimodalidad en la ciudad, pudiendo alternar su uso con caminatas, transporte público y el auto. Estos sistemas aportan la facilidad de tomar una bicicleta de una estación específica, desplazarse, y devolverla en otra ubicación conveniente, lo que evita la necesidad de tener que transportar la bicicleta todo el tiempo consigo.
  • Amplían la cobertura de viajes sustentables en la ciudad; hace posible llegar a lugares para los que el trayecto habría sido muy largo para caminar, y donde el servicio de transporte público no tiene cobertura u ofrece un servicio deficiente.

No obstante, quedan obstáculos que superar para que estos sistemas puedan alcanzar el éxito que se espera. Además de los problemas de vandalismo y falta de cuidado de las bicicletas que aún se presentan, la problemática más importante se relaciona a la infraestructura disponible en la ciudad para poder circular y las características de su estructura en términos de comodidad, legibilidad, y principalmente, seguridad. De igual forma, trabajar en la cultura vial de los ciudadanos es una acción primordial para mejorar la calidad de los viajes, no solamente de los ciclistas, sino del resto de los modos de transporte que utilizan la vialidad; fomentar la actitud de respeto y cordialidad, hace la diferencia entre “utilizar” y “disfrutar” de la vialidad como el espacio público que este representa.

 

Arquitecta por el ITESM Campus Querétaro y Maestra en Urbanismo por la misma Universidad. Ha colaborado desde el 2010 en la coordinación de proyectos en materia de planeación urbana, control y administración del desarrollo, y movilidad en los Municipios metropolitanos de Corregidora y Querétaro. Actualmente es Directora de Investigación en Unlugar.
Pardo, Carlos Felipe. “Revisión de los Sistemas de Bicicletas Públicas para América Latina: Beneficios y Obstáculos.” Clean Air Institute, Washington D.C.; Octubre, 2012. Disponible en: http://www.cleanairinstitute.org/cops/wp-content/uploads/2013/03/PBS-oct2012.pdf Consulta: enero 2018 “Guía de Planeación del Sistema de Bicicleta Pública”. Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP), México. Disponible en: http://mexico.itdp.org/wp-content/uploads/Gu%C3%ADa-Bici-Pública-ITDP-Mexico.pdf Consulta: diciembre 2017 “Encuesta ECOBICI 2014”. Secretaría de Medio Ambiente (SEDEMA) del Distrito Federal; Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos (CEMCA). Disponible en: https://www.ecobici.cdmx.gob.mx/sites/default/files/pdf/ecobici_2014_encuesta.pdf Consulta: enero 2018 Meddin, Russell. “The Bike Sharing World Map”. Disponible en: https://www.thebikesharingmap.com Consulta: enero 2018 Larsen, Janet. “Bike Sharing Goes Global”. Earth Policy Institute; Abril, 2013 Disponible en: https://grist.org/cities/bike-sharing-programs-hit-the-streets-in-over-500-cities-worldwide/ Consulta: enero 2018 Página oficial ECOBICI https://www.ecobici.cdmx.gob.mx/es Consulta: enero 2018

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