Por Darián Lerma, en colaboración con Adriana Torres.

Es un proyecto que incorpora elementos de paisaje, cuerpos de agua, además de reforzar la conectividad peatonal de la zona hacia el centro histórico y sus alrededores, y proveer de un nuevo medio de movilidad en el sitio: la bicicleta.

Podríamos decir de que tan anhelado esfuerzo de realizar obras de este tipo en nuestra ciudad ha rendido frutos finalmente y que la ciudadanía se encuentra particularmente receptiva ante estos cambios tan importantes y que tanta falta hacen en nuestra ciudad, sin embargo la respuesta es otra.

Pareciera no ser suficiente el esfuerzo que se hace por incorporar proyectos en pro a nuevos tipos de movilidad, sobre todo ante la situación en la que nos encontramos en donde pareciera  no caber ni un coche más en nuestras vialidades principales a las 8 de la mañana, a las 3 de la tarde y de nuevo a las 7 y 8 de la noche.

Y es que el problema parece ser que los comerciantes de la zona muestran un gran descontento ante la incorporación de la ciclovía ya que afirman les resta espacio para estacionamiento e interfiere con el funcionamiento de sus comercios. Dicho descontento se ve ya plasmado en pancartas y cartulinas puestas a lo largo de la avenida dirigidas al gobierno.

Pero, lo más importante aquí es preguntarnos ¿en qué medida es esto un beneficio no solo para nosotros sino para el resto de la ciudad?

Lo cierto es que la falta de información y de simple percepción no nos hace comprender que es vital buscar alternativas ante el problema de movilidad tan grande que vive nuestra ciudad en estos días, y que a pesar de que el gobierno pretende tomar cartas en el asunto seguimos siendo nosotros mismos el freno ante estos posibles cambios que pueden mejorar nuestra calidad de vida y la de la ciudad.

Parece que ante cambios verdaderos estamos siempre oponiéndonos a algo, mostrando nuestras inconformidades pero nunca promoviéndolos, por eso es importante que antes de actuar consideremos el papel que queremos tomar dentro de estos cambios.

Por mi parte, creo que el incorporar en tan importante vialidad este medio de movilidad es un gran acierto, no solo en términos de conectividad sino también en cuanto a sustentabilidad en la ciudad propiciando espacios públicos de calidad y de encuentro, una nueva alternativa que seguro beneficiará a muchos además de algo muy importante: es la viva muestra de que estamos conscientes de que existe un problema de movilidad y de que estamos dispuestos a realizar un verdadero cambio.