Por Eva Sosa.
La movilidad en nuestras ciudades está regida por el automóvil. Sin embargo, las distancias cortas de hasta 5 km, podrían ser cubiertas fácilmente en bicicleta de darle la prioridad necesaria a este transporte.
El uso de la bicicleta tiene varias ventajas: reduce por mucho la contaminación atmosférica, es barato, silencioso, aumenta la sociabilidad, mejora la condición física del usuario y moviliza a una mayor cantidad de personas en el mismo espacio que un coche.
Este sistema tiene como ciudad modelo a Copenhague, donde el 37% de los viajes son hechos en bicicleta, gracias a una estructura urbana compacta, de usos mixtos, un transporte público complementario y los altos precios en el uso del automóvil. La infraestructura ciclista es a la vez un factor clave para lograr que esto suceda: carriles exclusivos debidamente señalizados ubicados en calles secundarias, semáforos con preferencia hacia los ciclistas, varios estacionamientos para bicicletas gratuitos, entre muchas otras ventajas.
Aunque Copenhague es el principal ejemplo, ciudades como Nueva York, Paris o Bogotá ya lo están implementado, mientras que en nuestro país las primeras intenciones a favor de la bicicleta ya son tangibles:
En la capital se han instalado 6 km de ciclovía sobre Reforma y esta calle se cierra los domingos al tránsito vehicular fomentando una mayor cultura ciclista.
También somos el primer país en Latinoamérica en implementar exitosamente un sistema de bicicletas compartidas. La Ecobici moviliza cerca de 30 mil capitalinos diariamente, que pasarán a ser 90 mil para finales de este año, demostrando a los escépticos una respuesta positiva por parte de los ciudadanos.
A diferencia del DF, la ciclovía en Querétaro no tuvo tanta aceptación.
El carril exclusivo sobre la avenida Universidad ha recibido severas criticas. Es importante recordar que este tipo de cambios toman tiempo en acoplarse y reconocer el fomento hacia un medio de transporte más sustentable.
En México contamos con un clima privilegiado y superficies planas para hacer de este tipo de transporte uno viable. Para adoptar nuevas formas de movilidad urbana es necesaria la acción conjunta de varios factores: mayor densidad, un transporte público adecuado así como una buena infraestructura ciclista y peatonal. Lo anterior tiene un costo de inversión mínimo comparado con lo que nos está costando no implementarlo.