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Proyecto Comunitario

Por Pedro Mendoza.

La inauguración de distintos proyectos públicos en la Ciudad de México como el Memorial a las Víctimas de la Violencia en México (Gaeta Springall arquitectos) o la remodelación de la Cineteca Nacional (Rojkind arquitectos), ha provocado la reflexión de varios personajes como Alejandro Hernandez, Jose Castillo, Eduardo Cadaval, y algunos más, en relación a cómo se lleva en México la obtención o designación de este tipo de proyectos (proyectopublico.org).

Y es que, al ser la ciudad el diseño del pueblo, la relación entre arquitectura y democracia es intensa, y todos estos proyectos financiados por recursos del estado, deberían reponder a la confrontación de distintas soluciones a un mismo problema y no al gusto o criterio del funcionario en turno.

Es sin duda, un gran paso que el arquitecto reconozca su responsabilidad profesional y ciudadana dentro de la forma en la que las ciudades se construyen, pero es justo dentro de esta condición de ciudadanía donde se encuentra con otros habitantes y comparte sus diferencias, lo que al final lo hace partícipe de su comunidad. Por eso creo que esta iniciativa de proyecto público podría considerar la escala y el impacto de todo proyecto dentro del entorno que lo albergará.

Sin asumir que estas oficinas no contemplen a la comunidad en el desarrollo proyectual, el carácter monumental y el presupuesto abultado de este tipo de obras (como la cineteca, el nuevo senado, la ciudad de las artes de Querétaro, etc.) las proyecta más hacia el exterior como grandes proyectos de inversión pública, logros del gobierno en turno y progreso nacional, y no como elementos clave de una estrategia urbana y social de trabajo con comunidades.

No demerito ninguna de estas obras, incluso considero que la mayoría de estos proyectos cuentan con mecanismos propios de inserción y desarrollo, pero este no es el tema central de la entrada, sino el proyecto comunitario en su mínima escala.

Hablo de este tipo de proyecto, no como la ejecución de programas sociales asistencialistas en municipios marginados, sino como la traducción de acciones de trabajo conjuntas entre arquitectos, comunidades y estudiantes de arquitectura (muy importante). Al inicio, se habla de esta dinámica de confrontación de ideas para la definición de un problema y la búsqueda de una solución.

Estos trabajos con comunidades, desarrollados ampliamente por la Dra. Stefanía Biondi en su cátedra de investigación han demostrado el enriquecimiento de los proyectos mediante el diseño participativo y mesas de trabajo. Aún así, la ejecución u operación queda subordinada a la decisión del funcionario público y su interés por colaborar, o no, en esta tarea conjunta. La estrategia tal vez debería ser inversa, en vez de buscar el apoyo de funcionarios públicos que apoyen nuevos proyectos, reforzar los existentes (tipo SEDESOL) que carecen de impacto y sustentabilidad.

El último semestre de la carrera de arquitectura participé en el Taller Activo del ITESM Qro; sin ahondar mucho en el tema, se trata de un taller en el cual los alumnos diseñan, construyen y obtienen recursos para la construcción de proyectos clave en comunidades marginadas. El trabajo y toma de decisiones se realiza en conjunto con los habitantes, ya que paralelo al proyecto arquitectónico se busca generar un modelo de negocios que vuelva autosustentable la operación antes y después de terminar la obra. Me llaman la atención dos cosas, por una parte el complemento a la formación tectónica del alumno al participar en una obra real, teniendo en cuenta los bajos recursos y las adecuaciones a sistemas constructivos que esto conlleva.

Por otro lado, me interesa el contacto de estudiantes de una escuela como el Tec de Monterrey, con jornadas laborales completas, la ejecución de mano de obra al lado de habitantes de la comunidad y trabajadores de la construcción (reforzando una conciencia ciudadana de la realidad). Estos aspectos, entre muchos otros, aumentan el valor de la obra y la vuelven sustentable económica, ecológica y socialmente; nada enriquece más un proyecto que ver la mano que lo construyó reflejada en el mismo. Este tipo de proyectos comunitarios creo pueden tener impacto en el tejido social de distintas comunidades, estas inserciones de tamaño y presupuestos mínimos resultan mucho más complejas, en algunos aspectos, que grandes proyectos gubernamentales.

Al final la ciudad y la democracia no son tarea simple.

Imágenes del proyecto del Taller Activo Agosto-Diciembre 2012. La Cañada, Qro.

Site on construction

Sitio en Construcción (Foto: PM)

Cafeteria being used

Proyecto en uso (Foto: PM)

Interior atmosphere

Atmósfera interior (Foto: Galileo Zuart)

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