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La destrucción de las ciudades

Por Pedro Mendoza.

Dentro de la última vanguardia del siglo XX (El Metabolismo Japonés – 1960), distintos arquitectos, diseñadores y urbanistas proyectaron una visión de ciudad totalmente alejada del modelo decadente norteamericano y de la herencia del movimiento internacional.

El contexto es complejo, pero se pueden señalar dos aspectos que influyeron en la generación de esta nueva corriente: el contraste ideológico con occidente antes y después de la guerra; y el concepto de tabula rasa generado a raíz de los desastres nucleares (Hiroshima y Nagasaki) y naturales (terremotos de Kato y Fukui) de mediados de siglo.

Arata Isozaki, miembro no oficial del grupo metabolista y discípulo de Kenzo Tangue, publica en 1962 City Demolition Industry Inc., en el cual, desde la ciencia ficción y el ensayo expone la realidad caótica de la ciudad moderna y las herramientas hipotéticas que pueden despertarla del aletargamiento en el que se encuentra, cito:

“You must not laugh at this strange business. The company is real! In the very center of Tokyo, yes, floating in the air, it is triying to sneak into the cracks of your life – the life you spend in the megalopolis…There was nothing more urgent than to destroy this inhuman cities…Is it really posible to carry out the physical destruction of modern cities?.”

Los protagonistas son Arata, un arquitecto descrito como un Stanlinista cobarde, y SIN, asesino a sueldo (un Trotskita inexperto) fundador de City Demolition Industry Inc., ambas personalidades describen irónicamente la difícil labor pragmática de todo arquitecto en la profesión al tratar de llevar la teoría a la práctica.

SIN se reúne con Arata, y explica como su profesión de asesino a sueldo esta siendo aniquilada por la ciudad misma, un monstruoso gigante en decadencia que a través de sus mecanismos imperfectos destruye a la humanidad, haciendo olvidar lentamente la seriedad de la muerte, he ahí donde el trabajo de un asesino a sueldo pierde sentido.

Por lo tanto, el objetivo de la compañía es la completa destrucción de las grandes ciudades causantes de este homicidio masivo, en aras de la construcción de una civilización donde el homicidio placentero y humanista pueda llevarse acabo.

El método.

Destrucción física; destrucción de edificios, calles e infraestructura utilizando cualquier medio posible como fuerza humana, dinamita y bombas atómicas.

Destrucción del sistema; agravamiento del tráfico, alteración de las redes de comunicación, abolición del sistema de señales de tránsito y sistema de numeración doméstica.

Destrucción de las imágenes; búsqueda de propuestas  para una ciudad utópica, así como sistemas de vivienda social colectiva, de tipo corporativo.

Una vez descrito el origen de esta compañía, el método y el objetivo cabe la reflexión desde un punto de vista urbano (similar al de Arata), ¿Es realmente posible llevar acabo la destrucción física de las ciudades modernas? En respuesta se puede recordar la escena escalofriante de Hiroshima o Tokio en ruinas (¿Haití, Santiago de Chile?).

Aunque estas ciudades estuvieron sentenciadas a la desolación se tiene que admitir que han encontrado en la reconstrucción un carácter substancial, incluso más que el que tuvieron antes de la guerra. Han contado con la oportunidad de deshacerse del concepto de ciudad, el cual “es sólo una idea abstracta resultado de un sistema que los ciudadanos han desarrollado por mutuo acuerdo y para fines prácticos”.

No se persigue el término  de las civilizaciones, lo cuál es sería una tragedia y la extinción para la raza humana, sino el rompimiento con esta abstracción de ciudad.

De cualquier manera, la inmediata ejecución de la planeación urbana, de acuerdo al trazo original traería un cambio radical; y no se perdería en la teoría vacía (es por eso que estas ciudades se han mantenido en vida). Todos los filtros a los que se somete un nuevo planteamiento urbano terminan reduciéndolo a algo que se puede poner “fácilmente en práctica”, esta es la forma en la que City Demolition Industry Inc. traería prosperidad más allá que destrucción.

SIN por un lado, al no ser arquitecto, tiene la capacidad de conseguir ideas concretas porque puede lidiar con la abstracción y el mundo irreal dentro de su mente. Arata por otro lado, se mantiene apegado a la profesión y a la realidad, lidiando con la imposibilidad diaria de poner sus proyectos en práctica.

Nota: SIN y Arata son parte de las personalidades múltiples de una misma persona, Arata Isozaki. El ensayo original fue publicado por primera vez en 1962 en la revista The Japan Architect.


[1] Plan Maestro para la bahía de Tokio, 1960. (Tangue, Kamiya, Isozaki, Watanabe, Kurokawa y Koh). http://3.bp.blogspot.com/_I9Kvkox1J7Q/TTfxoghcHXI/AAAAAAAAACQ/Psbq8t7AtzE/s1600/TokyoBay01.jpg | [2] City Demolition Industry Inc. Project Japan: Metabolism talks. Rem Koolhaas/Hans Ulrich. TASCHEN 2011 pág. 52, 53, 54.

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