Por Nadia Ferrufino.

Poco a poco he visto como cambia la ciudad y como cambiamos todos, vamos desplazándonos a diferentes zonas dependiendo de nuestras necesidades. En mi caso, al igual que el de muchos estudiantes, siento que vivimos en una burbuja, los primeros semestres casi no conocía la ciudad y aún ahora sigo sin conocerla completamente.

Actualmente trabajo en el Centro Histórico y es otro mundo, como estar en otra ciudad. Me pregunto, ¿es esto sano, que en una misma ciudad se sienta y se vea tanto contraste? Es lo que siempre se debate entre arquitectos y urbanistas que quieren o intentan crear conciencia para cambiar la tendencia que tienen las ciudades con falta de buena planeación urbana.

A partir de mi experiencia al trabajar en el Centro, me di cuenta que la dinámica de esta zona con los alrededores del Tec es muy diferente. Se puede identificar el problema de los contrastes de la ciudad en una menor escala con la que muchos estudiantes estamos muy familiarizados.

Dentro del campus tienes áreas verdes, áreas deportivas, lugares para comer y pasar el rato. Sales del campus y te encuentras con una variedad de servicios que se han ido estableciendo gracias al movimiento económico que generó el que haya una población estudiantil importante, pero la calidad de los espacios públicos, banquetas, etc. es lamentable. Si no quieres estar en la universidad todo el día ¿a qué parque puedes ir a correr o leer un libro sin caminar mas de 20 minutos? y si no tienes problema en caminar por este tiempo, ¿en qué estado están las banquetas y cada cuanto tienes pasos peatonales para cruzar de un extremo a otro?.

En las áreas verdes del canal de Epigmenio González solo se encargan de mantener el pasto, si es que hay pasto, cuando podría ser un espacio público de calidad donde se puedan realizar varias actividades sin necesidad de tener que entrar al campus, además hay que tomar en cuenta que no solo hay población estudiantil viviendo en la zona y el campus se comporta como una barrera para cualquiera que no sea alumno de la institución.

La escuela de arquitectura, ha trabajado en talleres que analizan esta problemática, pero son propuestas que solo quedaron en buenas intenciones. Falta que se sientan los beneficios de vivir en esta zona privilegiada; tener un parque donde puedas leer bajo un árbol, correr en la noche y sentirte seguro no solo dentro del campus. A pesar de los constantes robos a los estudiantes, todavía hay calles oscuras, y ponen patrullas como solución. Si no tienes coche y es fin de semana en la noche, estás obligado a utilizar un taxi para trasladarte unas cuadras para visitar a alguien.

No hay un equilibrio entre lo que se ofrece dentro del campus y lo que encontramos afuera, por eso es necesario que se empiece a aplicar la fórmula que si funciona:

ESPACIO PÚBLICO DE CALIDAD = ACTIVIDADES = SEGURIDAD

La zona del Tec de Monterrey tiene muchísimo potencial, es una zona estudiantil, la juventud activa la economía a todas horas. Como mencioné antes tiene todos los servicios cerca, pero a pesar de que hay una gran cantidad de estudiantes sin coche que van y vienen del Tec a sus departamentos, no tienen un recorrido agradable; la zona no es amigable con el peatón.

No sé cual es el caso en las otras Universidades, o cual sea la calidad de espacio en sus alrededores, pero lo más lógico es que estos espacios estén planeados para los estudiantes, estoy segura que si dedicaran más tiempo a mantener las calles iluminadas y a rediseñar o tener un mantenimiento de las áreas verdes descuidadas e inexistentes, el problema de seguridad disminuiría muchísimo y podríamos cambiar ese estilo de vida “burbuja” a la que nos vemos obligados a acostumbrarnos.