Por Adriana Torres.

Pero, ¿qué sucede al interior de la ciudad?, ¿qué pasa en aquellas colonias que fueron fundadas en la década de los sesenta? y que sin duda alguna son un ejemplo importante de lo que es ser una zona habitacional planeada, respondiendo a las necesidades y a los usos principales para el desarrollo y el buen crecimiento de una ciudad.

“En la decada de los sesentas Querétaro casi llegó a los 100 mil habitantes, lo que obligó al ensanche de la ciudad, que hasta ese momento se extendía apenas un poco más del Centro Histórico. Nacieron entonces la 2da y 3ª secciones de la colonia El Cimatario, Álamos, Carretas, entre otras.” [1]

Haciendo un recorrido por estas colonias te encuentras con calles amplias, banquetas con grandes jacarandas que ofrecen una sombra digna para el peatón; pero también te encuentras con un descuido importante, con una falta de mantenimiento reflejado en las fachadas de las casas, en las guarniciones de las banquetas, en los pavimentos, un descuido general evidente de la zona.

Pareciera que esto no es importante, ¿qué esta pasando con estas colonias?, ¿por qué no conservarlas de una mejor manera?, ¿existirá alguna relación con que son pocas las “nuevas casas” o las “nuevas familias” que llegan a vivir actualmente a estas zonas? Sin duda los nuevos fraccionamientos están envejeciendo a la ciudad, y haciendo que estas colonias carezcan de nuevos integrantes que intenten promoverlas y mejorarlas.

Es muy fácil para un comprador de una vivienda, ser atraído por las “nuevas opciones” que las promotoras te ofrecen, por los nuevos desarrollos, y sobretodo por la facilidad y accesibilidad de adquirir una vivienda en la periferia de la ciudad. ¿Por qué vivir al interior de la ciudad, si resulta mas costosa la primera inversión? ¿Por qué vivir en una zona donde existe un descuido reflejado en sus espacios y en sus casas?

Debemos impulsar la redensificación de las ciudades para detener su crecimiento desordenado y sacar provecho de la infraestructura ya existente, pero para esto debemos darle importancia a aquellas zonas que estratégicamente fueron planeadas y siguen funcionando correctamente en nuestros días.

Me atrevo a pensar que la problemática tan compleja que están viviendo las colonias “símbolo” de nuestra ciudad, serán los problemas que en un futuro enfrentarán también los grandes desarrollos que hoy invaden Querétaro.