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Tumor

Por Jaime Méndez Lafón.

El doctor se acercó al paciente y le dijo…

“Usted tiene un serio problema, tiene un tumor maligno lo suficientemente grande como para verdaderamente poner en riesgo su vida. De hecho es uno de los tumores más grandes que he visto en mi carrera profesional y las posibilidades de que sobreviva son muy escasas. Como todo cáncer, pudo haber sido diagnosticado con anterioridad si usted se hubiera dado cuenta de los síntomas y malestares que sentía su cuerpo. Por fortuna sus órganos vitales como el corazón están en excelentes condiciones, eso le ayudará a tener mayor fortaleza y sus esperanzas aumentan notablemente.”

La ciudad de Querétaro se encuentra en un momento histórico único en el que hacerse un “autoexamen de salud” es sumamente importante y urgente. Se presenta ante nosotros, de manera clara y explícita la “emocionante y sobretodo enorgullecedora” noticia de que pronto tendremos en nuestra ciudad el Centro Comercial más grande de Latinoamérica.

 

La noticia suena bien para todos, más comercio, mejor nivel económico en nuestra ciudad y mayor variedad de productos y servicios para todos. Su nombre será “Antea Life Style Center” (Otra gringada en Querétaro).

Será una nueva gran célula en nuestra ciudad, pero, ¿cómo estar tan seguros de que no se convertirá en una aglomeración de células malignas?

El proyecto demuestra tener muchas horas de pensamiento, cálculo y buen diseño, de eso no nos queda la menor duda, de hecho el programa va más lejos de lo que estamos acostumbrados a ver en Querétaro. Por fin tendremos otro centro magnético que contará con todas las características de un complejo de usos mixtos; miles de metros cuadrados de comercio, cuatro mil departamentos habitacionales, dos hoteles, un hospital, oficinas, amplias áreas verdes integradas por jardines, fuentes, caminos, en fin, “un absoluto y elegante contacto de naturaleza, lujo y glamour”.

Suena bien ¿no? El problema es la artificialidad que este gran “producto enlatado” tiene y las consecuencias negativas que podría acarrear hacia el futuro de la ciudad.

En primer lugar, hay que tomar en cuenta el sitio sobre el cual este monstruo glamoroso está siendo construido. Se localiza sobre el Paseo de la República entre las colonias Jurica y Juriquilla, unas de las tierras más fértiles del país, tema que no puede quedar de lado cuando todos en la ciudad experimentamos un desesperante cambio climático y cuando cada vez tenemos menos áreas de re captación de agua. Darnos cuenta que hemos llegado al grado de tener que sacar agua de nuestros pozos a una profundidad de 300 m es sumamente preocupante para mí, no sé si lo sea también para ti. Sigamos tapizando nuestras tierras con “arquitecturas de concreto elegante” para ver que es lo que sucede.

El simple hecho de tratarse de un centro comercial (camuflado de Life Style Center) es un tema que a muchos especialistas les incomoda y les preocupa. Rem Koolhaas en su libro “Espacio basura” expone de una manera muy crítica la arquitectura predominante del Siglo XX y XXI. La describe como ese gran espacio “artificializado” que no deja espacio para la improvisación natural del ser humano, del ser por el ser, del estar por estar, sino que acomoda toda la arquitectura de manera tal que simplemente funciona para promover y exaltar su función, casi siempre para adorar al “Dios Consumo”. No hay en él improvisación, todo está sincronizado, todo ha sido pensado y puesto en su lugar exacto, en cuanto se entra en este espacio una persona desactiva su instinto natural y sin darse cuenta se encuentra bailando dentro de la misma coreografía humana consumista.

Koolhaas expone a este espacio como: “Una infraestructura de no interrupción: escaleras mecánicas, aspersores, barreras contraincendios, cortinas de aire caliente, aire acondicionado, etcétera. El espacio basura esta sellado, se mantiene unido no por la estructura, sino por la piel, como una burbuja. El espacio basura es siempre interior, y tan extenso que raramente se perciben sus límites”.

“La transparencia ha desaparecido, reemplazada por una densa costra de ocupación preliminar: quioscos, carritos, cochecitos infantiles, palmeras, fuentes, bares, sofás, etc. Los corredores ya no unen A con B, sino que se han convertido en galerías comerciales, en “destinos”. La línea recta se enrolla en configuraciones cada vez mas laberínticas. Solo una especie de perversa coreografía puede explicar los giros y las vueltas, los ascensos y los descansos, las súbitas inversiones que incluye el típico recorrido desde el mostrador de facturación hasta la pista de estacionamiento en el típico aeropuerto contemporáneo.”

Si prestamos atención a la pasada descripción del espacio basura expuesto por los mismos labios de Koolhaas, creo que nuestro nuevo “Antea Life Style Center” encaja perfectamente en todas y cada una de las descripciones.

Por fortuna tenemos en el mundo buenas muestras y ejemplos de ciudades fuertes y exitosas que no encierran su éxito en espacios artificiales y sobre todo están ahí, latentes y abiertas a ser exploradas para ser tomadas como ejemplo.

La ciudad de Nueva York es sin duda alguna un ejemplo de un gran ente vivo con muy buenos “anticuerpos”, la ciudad cada vez se revitaliza más, no envejece, sino rejuvenece, rara vez se enferma, sus comercios tienen éxito y sus calles y plazas cada vez están más llenas de vida y gente. La ciudad es tan inteligente y ha sufrido tanto de sus errores pasados que ha encontrado buenas fórmulas y vacunas contra las enfermedades urbanas y comerciales de nuestro tiempo.

Uno de estos “anticuerpos” que ha dado buenos resultados es sin duda la unión de comerciantes de la Ciudad de Nueva York, una asociación tan fuerte y hermética que ha logrado mantener fuera a monstruos invencibles como Walmart y cadenas de centros comerciales gigantes, así, los pequeños comerciantes pueden llevar el pan a la mesa de sus familias sin tener competencias injustas contra “Los Goliats de la globalización”. De esta manera las exquisitas esquinas y callejones de la ciudad, los pequeños locales comerciales, los bares en las banquetas, la densidad de sus edificaciones, las plazas públicas y las calles se convierten en los verdaderos exponentes y embajadores del estilo de vida neoyorkino. Todos los habitantes de la ciudad, sin duda, agradecen y reconocen este tipo de acciones contra los monstruos comerciales y se alegran de poder vivir en la que posiblemente sea la ciudad menos artificial del mundo.

El problema no solo es el programa que encierran los centros comerciales, sino la manera en que estos se conectan con la calle. Siguen siendo nuestras calles mexicanas una red de vías cuya única función es darle espacio a los automovilistas para conectar espacios basura entre sí. Las calles y avenidas siguen teniendo un desprecio total hacia los espacios públicos en los que los seres que las habitan puedan disfrutar de ellas sin la necesidad de verse forzados a consumir algún producto.

Me pregunto cuál será la conexión entre Antea y su contexto. ¿Estacionamientos?

Quiero dejar bien claro que no pretendo exponer en este artículo mi negación hacia todo lo que signifique aumento y fortalecimiento del comercio en la ciudad, por el contrario, debemos defender con todo nuestro ímpetu la fortificación de nuestro comercio siempre y cuando no se vea afectado el aspecto urbano.

Mi oposición viene cuando descubrimos que los hombres y mujeres de poder de la ciudad han decidido encapsular dicho comercio en macro edificios totalmente descontextualizados de su entorno, sin conexión ni respeto alguno por el mismo y con un amor total hacia sus propios intereses. Dejemos que sean nuestras calles las que recuperen el protagonismo y el encanto, que sean ellas las portadoras de flujos de gente, de productos, de sensaciones, de olores, de colores y de espíritus humanos con ideas y sueños, que la ciudad se convierta en un canvas abierto siempre a la disponibilidad de la emoción humana y de la creatividad, que nunca impere la imposición de estilos de vida en los que queda muy poco por descubrir.

Por fortuna el corazón de nuestra ciudad se encuentra en buen estado, a pesar de que también cuenta con muchos problemas, el Centro Histórico no se cansa de poner delante de nuestros ojos miles de buenos ejemplos, de detalles, de sensaciones y de una energía que parece no acabar y que ha demostrado ser a prueba de siglos. No nos cansamos de ver como vivienda, servicios y comercio pueden verdaderamente coexistir en un entramado y complicado flujo de energías, pero que sin lugar a dudas dotan a sus espacios de un encanto especial. Creo que valdría la pena estudiarlo más a fondo para ver de que manera podríamos replicarlo por el resto de nuestras calles.

A pesar de que vivimos en una ciudad de rápido crecimiento, me pregunto si Querétaro verdaderamente tiene el tamaño y la capacidad de albergar el centro comercial más grande de Latinoamérica, cuánta gente podría perder sus negocios cuando de pronto descubran que un nuevo polo ultra-magnético haya sido construido en las afueras de la ciudad. Los pequeños comerciantes del Centro y de otros sectores seguramente resentirán una baja en su clientela tal como ocurre cuando entra un nuevo Walmart a la ciudad. Es por eso que hay que fortalecer nuestro sistema inmune urbano para poder de alguna manera contrarrestar los efectos nocivos que éste nos pueda transmitir.

Es momento de verdaderamente dar respuestas claras, no de carácter político ni de palabras complicadas, sino de palabras y acciones cálidas que demuestren nuestro amor por la ciudad.

Hay que buscar curar los tumores que se están gestando dentro de nuestra “gran casa”, posiblemente la opción no sea entrar en complicados tratamientos de quimioterapia ni de cirugías riesgosas, sino posiblemente la cura estaría en delicados procesos de acupuntura que muy detalladamente devuelvan la movilidad y salud a nuestras calles, nuestros parques y nuestras plazas y que podamos sentir por fin que hemos recuperado el derecho a la belleza y a vivir de la manera más natural y humanamente excitante.


Jaime Méndez Lafón es originario de Ciudad Juárez, Chihuahua. Es Arquitecto por el ITESM Campus Querétaro y realizó sus prácticas profesionales en el despacho de Tod Williams Billie Tsien Architects en la Ciudad de Nueva York.

1 comentario

  • Esecipri 21 months ago Reply

    Empleos…

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